• Escamas de piel: el ser humano pierde hasta 1,5 gramos cada noche. Además de ser alimento para los ácaros, atraen bacterias que causan un desagradable olor en la habitación. • Sudor: el ser humano pierde cada noche 1,5 litros de sudor por transpiración natural. La humedad del sudor, así como sales y proteínas penetran parcialmente el colchón y permanecen allí. • Moho: es un problema muy frecuente, especialmente en zonas de alta humedad, casi invisible, se desarrolla por exceso de humedad y falta de ventilación del lugar. • Polvo: se va acumulando día a día penetrando en el colchón.

EN NUESTRAS CASAS ESTOS AGENTES ALERGENICOS SE ENCUENTRAN EN LOS DORMITORIOS PRINCIPALMENTE EN ALFOMBRAS COLCHONES Y ALMOHADAS Y ATRAEN A LOS ACAROS